Jesús Rengel Ortiz, Sevilla
Como ocurrió la temporada pasada, el sexto mejor hombre de la NBA cambia de aires a falta de pocos días para que la temporada empiece a andar y cuando el mercado ya está dando sus últimos coletazos. Hace un año, Lamar Odom dejó los Lakers y se marchó a Dallas para jugar en los Mavericks, con el cartel de mejor “seis” de la campaña. Este año le ha tocado a la barba más conocida de la Liga Americana. James Harden deja Oklahoma y ficha por los Houston Rockets en una operación en la que hasta seis jugadores están implicados.
El escolta, de 23 años, fue uno de los pilares del equipo que acabó como subcampeón la temporada pasada, con el premio de ir convocado a la selección estadounidense para disputar los Juegos Olímpicos de Londres, donde ganaron la medalla de Oro. Pero de nada ha servido para que conjunto de Durant, Ibaka y compañía le subiera el sueldo y le concediera lo que el jugador pedía, ya que el equipo había realizado demasiados esfuerzos en las millonarias renovaciones del trío que lidera a los Thunder. Harden se ha encontrado con una oferta de 60 millones de dólares y un contrato de cuatro años de los Rockets, mientras que los suyos solo podían ofrecerle 55,5 millones.
Houston concretó el fichaje intercambiando a Kevin Martin, Jeremy Lamb, dos derechos de primera ronda en el draft y otro de la segunda. En la operación han entrado también el pivot Cole Aldrich y los aleros Daequan Cook y Lazar Hayward, que junto con Harden, se marchan de Oklahoma.
Sam Presti, director general de los Thunder, ha asegurado que la intención de su equipo siempre fue la de renovar el contrato del escolta, pero que con la oferta procedente de Houston se produjo un giro de los acontecimientos y fue imposible retener al jugador. “Deseábamos firmar una extensión del contrato de Harden, pero al final todas las ofertas que teníamos encima de la mesa provocaron que la situación más favorable fuese la del traspaso”, explicó Presti, que añadió: “No fuimos capaces de alcanzar un contrato de mutuo acuerdo”.
Harden nunca llegó a ser titular indiscutible y la mayoría de los partidos partió desde el banquillo, promediando una media de 16’8 puntos, 4’1 rebotes y 3’7 asistencias en toda la temporada pasada, en la que su equipo llegó a la final en la que cayeron derrotados ante el “Big Three” de los Miami Heat (4-1).
Fuentes:
- http://www.nba.com/
- http://deportes.elpais.com/deportes/2012/10/28/actualidad/1351442259_008907.html
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